viernes, 18 de mayo de 2012

A la espera del marido que se iba a la mina y a su regreso dando gracias a Dios que volvía, lleno de cenizas y manchas de carbón, ya tenia el agua preparada para que se higienizara.La ropa sucia la lavaba en el rió. Muchas veces en invierno con la nieve cayéndole por encima y muerta de frío llegaba a la chabola para calentarse en el brasero. Al poco tiempo queda embarazada y al paso de los meses nace su primera hija. Fue un parto muy largo y peligroso.La niña era muy grande y le costaba nacer. El esfuerzo de la madre era inhumano. Con la ayuda de las otras mujeres que ya habían parido, fueron las que recibieron a la criatura. La arroparon y la dejaron en un costado mientras atendían la madre que estaba muy anémica. La niña que no quedaba bien alimentada,lloraba por la noche y eso le molestaba al marido porque quería dormir y no podía.No sabia que hacer para que la hija no llorara y su marido pudiera descansar.

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